Cornejo, el capitán frío libertario

La decisión del gobernador Alfredo Cornejo de respaldar el presupuesto de Javier Milei y, con ello, avalar entre cosas la eliminación de la ampliación del subsidio por “zona fría”, ha desatado una ola de críticas que va más allá de un simple desacuerdo político. Esta medida, que afecta a más de 420.000 hogares mendocinos, es vista como un abandono de la defensa de los intereses de sus comprovincianos en un momento de grave crisis económica.
La argumentación de Cornejo, centrada en la necesidad de “limpiar el padrón” y focalizar la ayuda a los más vulnerables, choca de frente con la realidad climática de Mendoza. La “zona fría” no es un privilegio, sino una reparación climática y social esencial para una provincia con inviernos rigurosos. El gas no es un lujo; es una necesidad básica para la calefacción y la vida en condiciones de dignidad.
El impacto económico de esta decisión es demoledor. Los hogares que hoy gozan de descuentos del 30% o 50% verán sus facturas de gas dispararse. Mientras algunos estiman aumentos de hasta el 400%, hay análisis que proyectan que una factura que hoy ronda los $20.000 podría duplicarse, llevando a la pobreza energética a miles de familias de clase media y trabajadora.
Las críticas también apuntan a una contradicción flagrante en la postura del gobernador. Hace menos de un año, Cornejo tildó de “tonta y ridícula” la quita de subsidios al transporte por parte del mismo gobierno nacional, aludiendo a la afectación del interior. Hoy, aplica la misma lógica de ajuste fiscal, pero con un impacto mucho más profundo y directo en el bolsillo de sus propios ciudadanos. Este cambio de criterio es interpretado por la oposición como una muestra de su alineamiento incondicional con el programa de Milei, incluso a expensas de las necesidades de su provincia.
En definitiva, al apoyar esta medida, Cornejo no solo traiciona el principio de defender a los mendocinos, sino que también desmantela una política social que garantizaba un derecho fundamental en una de las regiones más frías del país. La quita de la zona fría no es un simple recorte administrativo; es una decisión política que pone en riesgo el bienestar y la seguridad de miles de hogares.