Cornejo, entre la cruz de sal y Aristóteles

Hace exactamente un año, el Gobierno de Mendoza anunciaba que ponía fin a sus aportes al programa de lucha antigranizo. En aquella ocasión, el gobernador Alfredo Cornejo resaltaba que la efectividad del sistema no se había podido probar y afirmaba que es “un mito como la cruz de sal”. La decisión, que buscaba de manera evidente tender al otorgamiento de créditos para comprar mallas plásticas y seguros de riesgo, como bastante olor a negocio, fue increíblemente militada por el ministro de Producción, Rodolfo Vargas Arizu, quien proviene del mundo productivo.
El sector primario encendió una alerta apremiante y, ante ello, los intendentes de San Rafael, Omar Félix, y General Alvear, Alejandro Molero, decidieron continuar con el sistema. El Concejo Deliberante alvearense aprobó una tasa del 4% sobre el consumo de energía eléctrica que la pagarán todos los medidores para lograr los fondos. En tanto, Félix decidió dar un paso previo y buscar primero el consenso en la población. Para ello convocó a instituciones no gubernamentales para que hicieran las veces de representantes y votaran en una audiencia pública. Así, con 160 votos a favor, 7 negativos, 5 en blanco y 2 abstenciones, las entidades, cámaras empresarias, clubes de barrio, uniones vecinales e iglesias, entre otras instituciones, resolvieron darle luz verde a la iniciativa.
Así, y sin aportes del Ejecutivo provincial, los aviones siguieron sembrando el ioduro de plata en el sur. Tras la campaña, Aerotec y Weather Modification -quienes la llevaron adelante- destacaron los buenos resultados del operativo de mitigación. Pese a que en la última temporada hubo más días con tormentas severas en relación a la anterior (pasó de 62 a 76), el Sistema de Lucha Antigranizo redujo la cantidad de daños en hectáreas productivas.
Otro dato significativo es que en la época que no había combate el promedio de hectáreas dañadas en Mendoza llegaba a 11.054 y –desde la aplicación de la lucha– descendió a 5.457. Esta temporada estuvo debajo del promedio con 2.704 hectáreas afectadas. En tanto, en los departamentos en que la lucha dejó de funcionar, los daños crecieron de manera evidente. De “cruz de sal”, nada.
A esta altura del año, varias preguntas surgen, indefectibles: ¿Qué pasará la temporada venidera, no tan lejana? ¿Cornejo volverá a financiar el sistema, tal como prometió ante la evidencia fáctica de su efectividad?
En la obra “La Política”, Aristóteles desarrolla la idea de que el ciudadano, aquel que participa en el gobierno y la toma de decisiones, tiene la responsabilidad de contribuir al bienestar de la comunidad. Esto implica no solo la participación en la vida política, sino también la defensa de la ciudad frente a amenazas externas o internas que puedan perturbar la vida virtuosa y feliz de sus habitantes. Las contingencias climáticas deben ser tomadas, en nuestra zona, como una de esas amenazas.
La defensa de la ciudad, según Aristóteles, no es solo una cuestión militar, sino que también implica la participación en la vida cívica, el cumplimiento de las leyes, y la promoción del bien común. Un buen ciudadano, para Aristóteles, es aquel que combina la virtud personal con la virtud cívica, y que está dispuesto a sacrificar sus intereses particulares por el bien de la comunidad.
Recomendamos la lectura de la obra aristotélica al señor Gobernador. Con todo respeto…