San Rafael no es ajeno a las “fake news”

Gracias a Internet y, sobre todo, a las redes sociales, la forma en que recibimos la información ha cambiado radicalmente. Cada día escuchamos con más fuerza los debates sobre las noticias inventadas que se presentan como si fueran información legítima para engañar a la población, las llamadas “fake news”. Es un fenómeno global y, de hecho, ha llegado a San Rafael.
Un ejemplo: días atrás, el medio filoradicalprolibertario “Media Mendoza” hizo correr una de estas informaciones malintencionadas, sesgadas, falsas.
El medio sureño publicó un video sacado desde el contexto de la conferencia de prensa realizada el lunes en la Municipalidad de San Rafael para anunciar la reactivación de la obra del gasoducto que brindará servicio a miles y miles de sanrafaelinos y alvearenses. Según Media Mendoza, “una intervención generó tensión en el acto. Fue cuando Pablo Ojeda, representante de la empresa que lleva adelante la obra, tomó la palabra y dejó en evidencia una parte poco mencionada del historial de esta obra: que ya había sido adjudicada durante la gestión del exgobernador Francisco ‘Paco’ Pérez, pero nunca se concretó”.
En realidad, y a diferencia de lo que malintencionadamente analizó el diario, Ojeda explicó que, durante aquella administración peronista, la obra que fue otorgada fue la del gasoducto de Monte Comán, no ésta que hace años se reclama desde el sur y que ahora parece ir hacia su concreción, a pesar de la motosierra mileísta y el desdén de la administración del gobernador Alfredo Cornejo, ambos referentes ideológicos del ya mencionado Media Mendoza.
El poder de la noticia falsa no sólo reside en su capacidad de influir y distorsionar nuestro conocimiento, sino también en profundizar prejuicios y pasiones. De esa forma, la racionalidad es sustituida por la creencia personal sobrealimentada y exacerbada al reforzar los prejuicios y sentimientos.
Un hecho es más preocupante aún: el poder político y algunos integrantes de la prensa coquetean -como queda evidenciado en el caso aquí analizado- de manera fatídica e interesada con las noticias falsas.
Dirigentes políticos, periodistas, empresarios de medios y ciudadanos debemos replantearnos la actividad informativa para lograr reestablecer un nuevo mínimo imperativo democrático que pueda reafirmar a la libertad de expresión como uno de los pilares fundamentales para la convivencia pacífica, y la democracia como un valor esencial. Para ello, la ética y la búsqueda de la verdad deberían guiar tanto a los protagonistas de contar lo que pasa, como a quienes desde las políticas públicas deciden la realidad y a quienes reciben esa información para, eventualmente, decidir su participación comunitaria desde esa plataforma.