China y Rusia: Estrategias de seducción y espionaje para robar tecnología.
En el corazón de California, lejos de las luces brillantes de las pantallas de computadoras y las oficinas modernas, se está librando una batalla silenciosa que no se ve a simple vista. En bares, conferencias y redes profesionales, así como incluso en matrimonios, se está desarrollando una lucha encubierta que ha puesto en alerta a Estados Unidos.
Se dice que hay una creciente preocupación por lo que se conoce como la “guerra sexual”, una estrategia utilizada por espías chinos y rusos para robar secretos tecnológicos, infiltrar empresas y manipular a sus trabajadores sin levantar sospechas.
Esta práctica, conocida como “sex warfare”, implica el uso de relaciones afectivas o sexuales para obtener acceso a información confidencial. A diferencia del espionaje tradicional, esta táctica es mucho más difícil de detectar, ya que se esconde detrás de vínculos personales y emocionales.
La preocupación por este tipo de espionaje ha resurgido en Silicon Valley, el epicentro tecnológico del mundo, donde operadores de inteligencia extranjeros están utilizando métodos poco convencionales para obtener información sensible de startups, laboratorios de investigación y compañías de defensa.
La “guerra sexual” no se limita a encuentros casuales, sino que puede ser una infiltración que dure años o incluso décadas. Ejemplos recientes revelan cómo personas con formación en áreas específicas se acercan a individuos clave para obtener acceso a información valiosa sin levantar sospechas.
Además de las estrategias basadas en relaciones personales, también se han descubierto programas de startups financiados por entidades extranjeras que funcionan como herramientas para recopilar propiedad intelectual. Estas prácticas forman parte de una estrategia más amplia de “guerra económica” para absorber innovación y limitar la capacidad de defensa de Estados Unidos.
Aunque China lidera el espionaje tecnológico, Rusia también está involucrada en estas prácticas. Agentes rusos han utilizado métodos más tradicionales, como el uso de prostitutas para acercarse a ejecutivos de Silicon Valley en hoteles y clubes exclusivos.
En resumen, la “guerra sexual” es una amenaza real que preocupa a Estados Unidos y que se está librando en silencio en el mundo tecnológico. Es importante estar alerta y tomar medidas para proteger la información confidencial y la propiedad intelectual de las empresas y organizaciones en un entorno cada vez más competitivo y hostil.
Preguntas frecuentes
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¿Qué es la “guerra sexual” en el contexto del espionaje tecnológico?
La “guerra sexual” es una estrategia utilizada por espías chinos y rusos para obtener información confidencial a través de relaciones afectivas o sexuales. -
¿Por qué preocupa en Estados Unidos la práctica de la “guerra sexual”?
Esta práctica es difícil de detectar y puede tener consecuencias graves en términos de seguridad nacional y robo de propiedad intelectual. -
¿Qué otros métodos se utilizan en el espionaje tecnológico además de la “guerra sexual”?
Además de las relaciones personales, también se han descubierto programas de startups financiados por entidades extranjeras como herramientas para recopilar información confidencial. - ¿Qué países están involucrados en el espionaje tecnológico?
China y Rusia son los principales actores en el espionaje tecnológico, utilizando diferentes métodos para obtener información sensible de empresas y organizaciones en Estados Unidos.
Crédito de la fuente original: www.clarin.com
