25/10/2025

El poeta de los marginados: Raúl González Tuñón.

Raúl González Tuñón, el poeta de los que no tenían voz

Si te das una vuelta por el barrio de Once, entre el ruido de los colectivos y el olor a café con leche de los bares tradicionales, podrías imaginarte a un chico delgado, con una mirada intensa, que escribe versos en servilletas mientras escucha tangos de fondo.

Este joven es Raúl González Tuñón, nacido el 29 de marzo de 1905, hijo de inmigrantes españoles, sexto de siete hermanos, y uno de los poetas más comprometidos y originales que tuvo la Argentina en el siglo XX.

Pero Raúl González Tuñón no era solo un poeta que se encerraba a escribir. También era periodista, cronista, viajero, militante, amigo de los grandes y voz de los que no tenían voz.

Escribió para el diario Crítica, ese vespertino que en los años treinta revolucionó el periodismo argentino con su estilo sensacionalista pero también literario, donde convivían desde Jorge Luis Borges hasta Roberto Arlt, pasando por Carlos de la Púa.

Después, colaboró con Clarín, escribiendo sobre arte y crónicas de viaje.

Pero su mayor revolución fue poética. Desde sus primeros versos publicados en 1922 en Caras y Caretas, hasta sus libros más combativos como La rosa blindada (inspirado en la Revolución de Asturias de 1934), Tuñón construyó una poesía urbana, social, lírica y profundamente humana.

En los años veinte, la literatura argentina se dividía entre dos grupos: el de Florida, más estético y cosmopolita, y el de Boedo, más social y comprometido. Tuñón, aunque vinculado al primero por su participación en la revista Martín Fierro, tenía el corazón en Boedo. Era amigo de Álvaro Yunque y Elías Castelnuovo, y sus versos hablaban de marineros, prostitutas, obreros y contrabandistas.

Su poesía no se limitaba solo a Buenos Aires. Viajó por Europa, escribió en París La calle del agujero en la media, y fue corresponsal durante la Guerra Civil Española. En ese tiempo trabó amistad con Federico García Lorca, Miguel Hernández y Pablo Neruda. Con este último fundó la sede chilena de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, en plena lucha antifascista.

Tuñón no escribía para los salones. Escribía para los que no tenían voz. En Miércoles de ceniza, por ejemplo, retrató la picardía de los muchachos del puerto. En La rosa blindada, en cambio, la heroica resistencia de los mineros asturianos.

En cada verso, una denuncia, una caricia, una esperanza.

Fue comunista, pero sobre todo fue humanista. Su poesía no adoctrinaba: emocionaba. Y eso lo convirtió en un referente de la poesía social en la Argentina, precursor de una entonación rioplatense que influiría en las generaciones posteriores.

La noche del 13 de agosto de 1974, Raúl escribió su último poema, dedicado al cantor chileno Víctor Jara, asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet.

Al día siguiente, murió en Buenos Aires, dejando una obra que sigue latiendo en cada calle, en cada verso que busca justicia.

En síntesis:

Raúl González Tuñón fue un poeta comprometido y original, que supo plasmar en sus versos las realidades sociales de su tiempo. Su obra sigue siendo relevante y emotiva, tocando temas universales como la justicia y la esperanza.

Preguntas frecuentes:

¿Cuál fue la principal contribución de Raúl González Tuñón a la poesía argentina?
Raúl González Tuñón fue un referente de la poesía social en Argentina, construyendo una poesía urbana, lírica y comprometida con las realidades de su época.

¿Con qué otros escritores y artistas tuvo relación Raúl González Tuñón?
Tuvo amistad con Federico García Lorca, Miguel Hernández, Pablo Neruda, entre otros, y colaboró con destacados periodistas y escritores argentinos de su tiempo.

¿Cómo describirías el estilo poético de Raúl González Tuñón?
Su estilo poético era humano, emotivo y comprometido, abordando temáticas sociales y políticas con sensibilidad y profundidad.

Crédito de la fuente original: www.clarin.com

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