Sorpresa peluda en la piel de libros medievales

Los monjes medievales de la abadía de Claraval tenían una peculiar costumbre a la hora de encuadernar sus libros. En lugar de utilizar cuero de animales terrestres como terneros, cabras o ciervos, optaban por utilizar piel de foca. Sí, ¡piel de foca! Esto les daba a sus libros un acabado peludo y especial que los distinguía de los demás.
Estos libros encuadernados con piel de foca eran muy apreciados por los monjes cistercienses, quienes los utilizaban para guardar información importante y documentos históricos. La piel de foca era una mercancía valiosa en la época medieval, ya que se usaba para hacer botas, guantes e incluso para pagar impuestos.
Además, el color blanco de la piel de las crías de foca hacía juego con las vestimentas naturales de los monjes, lo que les daba un toque mágico y especial a estos libros. Para los monjes, las focas eran como seres mágicos, ya que en los bestiarios medievales se las llamaba "becerros de mar" y se las representaba de manera fantástica.
En resumen, los monjes de la abadía de Claraval tenían una predilección por encuadernar sus libros con piel de foca, lo que les daba un toque único y especial a sus manuscritos.
Preguntas frecuentes:
¿Por qué los monjes de la abadía de Claraval utilizaban piel de foca para encuadernar sus libros?
Los monjes cistercienses de Claraval utilizaban piel de foca porque era una mercancía valiosa y les daba un acabado especial y peludo a sus libros.
¿De dónde provenía la piel de foca utilizada por los monjes de Claraval?
La piel de foca utilizada por los monjes de Claraval provenía de Escandinavia, Escocia e incluso lugares más lejanos como Islandia o Groenlandia.
¿Qué característica especial tenía la piel de foca que atraía a los monjes?
El color blanco de la piel de las crías de foca hacía juego con las vestimentas naturales de los monjes, lo que les daba un toque mágico y especial a los libros encuadernados.
Crédito de la fuente original: www.clarin.com